Pueblos Germanos

Los pueblos germanos estaban asentados más allá del Rin y del Danubio. Vivían en aldeas y se organizaban en tribus; practicaban la caza, la ganadería y la agricultura, y cuando las tierras se agotaban emigraban buscando otras mejores. Eran politeístas y sus dioses eran fuerzas de la naturaleza. Sus manifestaciones artísticas eran sencillas y centradas en la orfebrería.

A partir del siglo III, diversos pueblos germanos comenzaron a introducirse en el Imperio, algunos de forma pacífica, mediante pactos con los romanos, y otros de forma violenta.

Éste fue el caso de los hunos, a finales del siglo IV, que, procedentes del Asia central, se extendieron por las tierras de los pueblos germanos, obligando a éstos a penetrar en el Imperio Romano. Incapaz de resistir tal presión, el Imperio Romano de Occidente cayó en el año 476.




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